No me importa NADA estar en silla de ruedas y tampoco me importa no hablar, pero la dependencia me tiene amargada. Ya han pasado doce años y debería de haberme acostumbrado y si, me he acostumbrado, pero todavía no lo he aceptado y creo que no llegaré a aceptarlo nunca. No soporto depender de una persona para absolutamente todo.
Me hace cierta gracia cuando alguien delinque y lo meten en la cárcel; él o ella pueden acostarse y levantarse cuando quieran, pueden asearse y comer por si mismos, pueden alcanzar un objeto que está a 10cm. de su cuerpo, pueden rascarse si es que les pica, etc, ¿y son ellos los que están privados de libertad? la única diferencia es q yo puedo salir a la calle cuando quiera y ellos no, pero yo salgo a la calle siempre y cuando alguien me siente en mi silla de ruedas eléctrica; si me dieran a elegir, con los ojos cerrados, elegiría estar en la cárcel, pero no puedo elegir y además los presos no tienen la culpa de mi situación.
Pero sigo pensando que la que está privada de libertad soy yo.
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